Valencia, la ciudad del pecado.
Valencia, la ciudad de la corrupción.
Valencia, la ciudad de la injusticia.
En Valencia hay dinero para la Fórmula 1 pero no para comedores sociales, en un momento en el que la malnutrición infantil es del 25%.
En Valencia se malbarata dinero en partidos de tenis, mientras la pobreza social valenciana es de un 26% total de la población.
En Valencia apenas hay ayudas de dependencia para la gente que las necesita urgentemente, y mientras la derecha pensando en EuroVegas.
En Valencia se cierran servicios sanitarios y mientras el presidente de la comunidad autónoma pensando en parques de Ferrari.
En Valencia se usa el dinero público para costear un gran toldo que tape a la enorme figura de la Virgen durante las clásicas Fallas valencianas, y mientras tanto, desahucios diarios en la ciudad.
En Valencia desaparecen 40.000.000€ de la depuradora, y la alcaldesa de Valencia ni se inmuta en buscar culpables o responsables del saqueo.
En Valencia los discapacitados físicos y mentales ven reducidas sus ayudas, mientras ven como la oligarquía de su tierra, de manera corrupta, les quita de las manos las ayudas que tanto necesitan.
En Valencia se habla de violar a una diputada de Les Corts, y la derecha prefiere tomárselo a risa en lugar de defender los derechos de una humilde mujer.
En Valencia se permite que un club de fútbol no pague una deuda millonaria, pero no se perdona que un indefenso vecino no pueda pagar el coste de su vivienda, la cual perderá en breves.
En Valencia se permite que se hagan manifestaciones en contra del aborto, pero en cambio, se envían policías para que peguen a unos adolescentes que luchan por sus derechos como estudiantes.
En Valencia se organiza una America's Cup que destroza toda la belleza del puerto valenciano, y mientras los inmigrantes sin papeles se ven con dificultades de tener acceso a la Sanidad.
En Valencia se utiliza el dinero para lo que a la derecha poderosa le interesa, mientras el pueblo valenciano clama a grito pelado sus derechos como ciudadanos de una ciudad "democrática".
En Valencia se quiere destrozar todo el barrio marítimo para hace una amplia avenida que llegue hasta el mar, y no se tiene en cuenta las personas que viven dentro de la zona que se quiere destruir.
En Valencia los hospitales se quedan sin material sanitario, mientras la Iglesia sigue obteniendo subvenciones para sus ceremonias particulares.
En Valencia se ha pagado y se sigue pagando a un estafador, que se hace llamar arquitecto, Calatrava, y mientras tanto se cierran centros de rehabilitación para toxicómanos.
En Valencia los ciudadanos deben una deuda que ni siquiera ellos mismo han causado y mientras, los vecinos y vecinas de Valencia acuden a bancos de alimentos para poder encontrar algo que comer.
Estos ejemplos y más son los que ocurren en mi tierra, Valencia, la tierra que tanto quiero. Estos ejemplos tan solo son una pequeña parte de la gran desigualdad que se vive aquí, un pequeño fragmento de lo que ocurre en esta ciudad, que se encuentra entre tinieblas bajo un cielo de corrupción.
Soy Joan, un joven valenciano al que le falta mucho que aprender, pero durante mi vida he aprendido lo suficiente como para ver como la sociedad valenciana y sus derechos se han ido perdiendo y degradando como consecuencia de la derecha, en este caso, del Partido Popular.
Naranjas, litetatura, paella, tradiciones, campechanía, confianza, amabilidad, barracas, arroz, Albufera, mar, sierras, montañas, campos, ...
Un pueblo con mucho que enseñar.
Valencia, una ciudad que me veré obligado a abandonar si todo sigue igual.
Joan Soler.